
Fotografía de Badagnani
Las Montañas Azules o Nilgiris, de donde proviene esta variedad de té, están situadas al sur de la India. Son una pintoresca cadena de ondulados paisajes montañosos donde se cultiva el té en elevaciones que van de los 1.000 a los 2.500 metros. La pluviosidad varía de 152 a 229 cm anuales. Estas condiciones favorecen el sabor agradable y elegante y la infusión tonificante de los tés de Nilgiris (también dicho «Nilgiri» si nos referimos al té y no a las montañas). La combinación de fragancia y vivacidad hace del Nilgiris un té realmente único, el tipo de té que no se puede encontrar en ningún otro lugar del mundo.
El té cultivado en estas montañas es robusto y con cuerpo, aunque menos que el de Assam, y se caracteriza por su dulzura natural, un poco como el de Darjeeling, pero con menos astringencia que este. Su menor contenido en taninos que otros tés indios lo hacen ideal para tomar solo, aunque también admite unas gotas de leche y algo de endulzante como azúcar o miel. Además, al ser poco astringente, seguro que gustará a quienes recelan de otros tés negros. Esto lo hace también muy adecuado para ser infusionado en frío, ya que mantiene su transparencia, y no transmite a la infusión el amargor de otros tés y sí su característica dulzura gracias al largo tiempo de reposo en el agua.
Los tés de Nilgiris han sufrido durante mucho tiempo el lugar de «tercer hermano» detrás de la popularidad de los Darjeeling y Assam. Sin embargo, cada vez está más extendido en Occidente. Tiene el equilibrio adecuado de fuerza, color y astringencia para satisfacer las necesidades de cualquier bebedor de té, desde el aficionado hasta el connoisseur. El coste de un Nilgiris de calidad superior puede ser alto, pero la calidad del producto hace que lo merezca.
Los tés Nilgiris crecen durante todo el año, a diferencia de los de Darjeeling o Assam. A menudo se les conoce como «el fragante». El sabor y fragancia de un Nilgiris superior es el resultado de la altura a la que crece. Crece entre plantas de eucalipto, caucho y ciprés, y el té tiende a tener un ligero gusto a menta/limón/eucalipto.
A pesar de la alta calidad de la materia prima, la mayor parte del té cultivado en las Nilgiri se procesa por el método CTC y acaba en bolsitas o en mezclas baratas. Esto, junto a la relativamente escasa demanda (por desconocimiento) exterior, hace que este té sea en proporción barato. Desde los años 2000 se produce en Nilgiri más té por el método ortodoxo. Por todo ello es fácil encontrar tés de Nilgiri realmente excepcionales producidos por el método ortodoxo a precios muy razonables. En Nilgiri también se está empezando a procesar el té para obtener tés verdes, blancos y wulong.
Merece la pena encontrar tés orgánicos o ecológicos provenientes de Nilgiri, aunque el hecho de que estén cultivados a gran altitud, entre los 1.000 y los 2.500 metros sobre el nivel del mar, y dentro de una Reserva de la Biosfera, ya les confiere cierta garantía respecto de la calidad del agua de riego y el uso de pesticidas. Si además te preocupa el bienestar de los trabajadores, te gustará saber que la mayoría de las plantaciones de Nilgiri pertenecen a pequeños propietarios, a veces unidos en cooperativas, que son quienes cosechan personalmente el té y lo venden a plantas de procesado independientes.
Encuentra la ficha técnica sobre este té, que incluye cantidades, tiempos y temperaturas de infusión según los métodos occidental y oriental, cualidades visuales y organolépticas, y posibilidades de combinación con otros ingredientes, en «IniciaTé: Todo lo que necesitas saber para iniciarte en el fascinante mundo del té», de Natalio Cardoso.
